Carmen Pereira* (1937) es un referente en la política de Guinea-Bissau. Miembro del Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC) tuvo un papel imprescindible en el frente durante la Lucha de Liberación ya que sirvió para capacitar a otras mujeres que veían la necesidad de perseguir la victoria y la independencia de Portugal. Fue Presidenta de la República de Guinea-Bissau del 14 al 16 de mayo de 1984, lo que le sirvió para convertirse en la única mujer que ha ocupado ese cargo en el país y la primera en toda África. Actualmente sigue vinculada al partido con el que luchó para la visibilización de las mujeres y por el futuro de las generaciones guinenses venideras.
Silvia Arjona Martín / AECOS

Carmen Pereira presenta una trayectoria muy larga de cargos y ocupaciones en la esfera pública y política siendo un referente para la sociedad guinense y africana. Comenzó en 1962 a involucrarse en el Partido Africano para la Independencia de Guinea-Bissau y Cabo Verde (PAIGC) y pronto se unió a las movilizaciones de mujeres que querían la igualdad con respecto a los hombres dentro del Comité Central del PAIGC.
Carmen destripa por fechas todos los pasos que ha ido dando a lo largo de su vida, en especial después de ganar la Independencia de Guinea-Bissau, en una sala de reuniones de la sede central del PAIGC, en la capital guinense. En la habitación, la imagen del líder revolucionario Amílcar Cabral (fundador del PAIGC que fue asesinado en 1973 por orden del régimen portugués) empapela las paredes mientras Pereira explica en pasado: recuerdos, victorias, éxitos, viajes, tensiones, guerras, conflictos… Todo se entremezcla convirtiendo su historia en un complejo mapa con demasiados detalles sueltos que hay que sujetar al vuelo. Son fotogramas de una época apasionante y un relato digno de permanecer en la memoria.
Asegura que siempre luchó por los derechos de las mujeres. “Iniciamos el trabajo en Conakri, con las personas que venían de todas partes del país para sumarse a la lucha instruyéndolas en el combate y en la necesidad de la Independencia”. Para ello, el líder Amílcar Cabral, a pesar de la lógica de la cultura masculina y del clima de guerrilla armada, consiguió que en su proyecto las mujeres tuvieran un papel esencial en la formación y en el desarrollo.
De ese trabajo nació, en junio de 1961, la Unión de Mujeres de Guinea-Bissau y Cabo Verde (UDEMU), antes de que comenzara incluso la lucha. Esta organización se creó con el objetivo de movilizar a las mujeres para el proceso de lucha con el fin de que se enfrentasen al colonialismo y a todas las actitudes que atentasen contra su dignidad, por el mero hecho de pertenecer al sexo femenino.Con la guerra, la UDEMU desapareció en 1966 debido a que las mujeres estaban en distintos frentes de lucha, lo que las imposibilitaba participar activamente en esta organización.
Proceso difícil pero constante
Durante la actividad política clandestina (1956-1962) previa al proceso armado de liberación ellas eran quienes organizaban las reuniones de los dirigentes del partido, preparaban y distribuían el material de propaganda y escondían en sus casas a hombres perseguidos por la Policía Internacional de Defensa del Estado (PIDE), un cuerpo creado en 1954 en Lisboa con el objetivo de sofocar cualquier tipo de actividad política y de propaganda en las colonias africanas y en Portugal. Servían, también, de elemento de contacto entre las diferentes células del partido presentes en todo el territorio.
Cuando en 1963 comenzó la lucha armada las mujeres informaban a las unidades de la guerrilla de los movimientos de las tropas portuguesas. Ellas participaron al lado de los hombres en operaciones militares cuando la guerra se intensificó a partir de 1965. Y en 1966 crearon las milicias populares, grupos armados formados por mujeres cuya función era proteger a las poblaciones de las aldeas de las zonas liberadas de los ataques del ejército colonial y mantener el orden público.

No con esto, la integración de las mujeres en la vida política institucional de las zonas liberadas fue un proceso fácil, explica Pereira. Muchas contaban con responsabilidades limitadas dentro de las estructuras del PAIGC pero ahí estuvieron, entre otras, Francisca Pereira, comisaria política y representante del partido en la Organización Panafricana de las Mujeres a principio de los años 70, con sede en Argel; y Ernestina Silá, más conocida por Titina Silá, primera mujer guineana guerrillera con nivel superior de instrucción asesinada justo cuando acudía al entierro de su camarada Amílcar Cabral.
Las mujeres tras la independencia
En el periodo de después de las independencias africanas, los nuevos gobiernos selectos concedieron de forma general poco espacio a las mujeres en la gestión de las instituciones políticas y económicas, a pesar de que su posición había sido en algunos de esos países fundamental en la lucha de liberación. En tal contexto, el progreso sociocultural de las mujeres guineanas y su integración en las estructuras políticas del nuevo Estado fue un proceso lento, complejo y peculiar.
Según Carmen Pereira, tras ganar la independencia había que continuar en la batalla de la nueva fase. “Teníamos distintos proyectos, el primero, la liberación del país; el segundo, que era mucho más difícil, hacer frente a distintos enemigos como el hambre, la ignorancia, las enfermedades… Por lo que necesitábamos muchas armas para luchar contra eso. Y hoy continuamos en esa lucha, especialmente en el PAIGC porque queremos cumplir con todo aquello que nos llevó a la liberación del colonialismo durante la guerra”.
Además de que la lucha por la igualdad continúa dentro y fuera del partido, asegura que es fundamental la necesidad de la sensibilización y de la confianza acerca de la igualdad de género, sobre todo en política, con el fin de que sean más mujeres las que participen y tomen decisiones que atañen a toda la ciudadanía. Cree que dentro del PAIGC, a pesar de todo, se ha perdido la importancia de la participación de las mujeres como tenía antes aunque asegura que no van a perder el coraje en esta lucha. “Tal vez, nuestros descendientes deben asumir y conseguir el nivel que no logramos”, rememora Pereira con nostalgia aquel tiempo pasado.
Para ella el trabajo no debe estar sólo dentro del PAIGC sino que también debe ser algo conjunto entre todos los partidos políticos y la sociedad guinense en general, no sólo para sumar a las masas más jóvenes en la lucha de la igualdad entre sexos sino también en el trabajo político que ponga fin a las vulneraciones de derechos humanos, especialmente en lo que se refiere a la violencia de género, la escisión femenina o los matrimonios forzados.
Recuperar valores y roles sociales
Carmen se muestra entusiasmada cuando se le pregunta por el futuro de las mujeres guinenses aunque cree que el trabajo que queda por delante es complicado y difícil. “Vamos a tener que reconocer y valorizar a las mujeres por todo lo que consiguieron porque fueron mujeres que intentaron cumplir sus deseos aunque no fue nada fácil. Deberían ser un elemento de ejemplo para la ciudadanía más joven y nosotras estamos aquí intentado transmitir nuestras experiencias y demostrando que la mujer tiene un papel muy difícil”.
Hace hincapié en la utilización que muchas veces realiza la clase política con las mujeres por mero interés. “Creo que tienen que cambiar su comportamiento, dejar de usarnos para su propio beneficio y, en cambio, compartir con nosotras todos los momentos, cargos de responsabilidad, cargos políticos, salarios y derechos, tal y como expone nuestra Constitución”.
La mujer que por unos días fue la primera Presidenta del Gobierno de un país africano, reflexiona a modo de conclusión sobre los cambios que son necesarios en materia legal para conseguir los objetivos por los que siempre ha trabajado. Porque –dice- “si no se crean estos mecanismos, no habrá medios para denunciar y juzgar estos crímenes y para ello es necesario una lucha conjunta de las mujeres, pero también una lucha de los hombres”.
*Carmen Pereira fue la primera mujer comisaria política de la región sur del país y responsable de la movilización de las poblaciones de dicha área. Fue también la única mujer miembro del Consejo Superior de la Lucha, órgano máximo de dirección entre dos congresos.Tras la Declaración de Independencia de Guinea-Bissau en 1973, fue elegida diputada por la región de Bissau, y el mismo año nombrada Vicepresidenta de la Asamblea Nacional Popular. Del 14 al 16 de mayo de 1984 ocupó la presidencia de Guinea-Bissau y ha sido ministra del Interior, ministra de Salud y Asuntos Sociales (1989-1990). Ha ocupado cargos en el ministerio de la Mujer y la Infancia en distintos momentos de su vida y ha sido Viceprimera Ministra de Guinea-Bissau hasta 1992 y delegada de la Organización Pan-africana de Mujeres en Argelia, entre otros cargos.
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A primeira fotografia é da Sra Francisca Pereira. Também antiga combatente da liberdade da pátria da Guiné Bissau. Ela foi Presidente da Assembleia Nacional Popular até 1996. A Sra Carmem Pereira é a mais branca.